martes, 3 de mayo de 2011

Maneras de vivir

Cuando llevaba un rato bastante grande practicando la “paja-mamada”, él seguía con la erección pero no llegaba al clímax. Yo no podía estarme quieto y decidí terminar de desnudar a mi chica y penetrarla a estilo perro mientras le untaba de saliva la "polla" a nuestro amigo (era uno de mis sueños). En el momento en el que estaban los dos desnudos, y él con los ojos cerrados, ella, sin sacarla de su dulce boca, echó un vistazo para atrás, gesto que yo interpreté como la señal, y como estaba todavía vestido termine de desnudarme. A ella, mientras tanto, le había dado tiempo a colocarle un preservativo.

Justo cuando me había quitado la última prenda y pase a acercarme a la pareja, ella se incorporó un poco, se acercó al cabecero, y de un salto introdujo la verga invitada en su rasurado coño. Probablemente lo había hecho con la intención de dejarme a dos velas y conseguir ponerme a tal nivel de lujuria que no había recordado hasta entonces. Seguidamente, se puso a cabalgar sobre el “instrumento” de nuestro “colega”. Todavía, y en muchas ocasiones, cuando necesito excitarme, recurro a esa imagen. La verga entrando en el chichi de mi nena y su agujero del culo a la altura de mis ojos.

Ya no podía más, y ya que no había podido llenar un orificio, que ya estaba lleno, decidí llenar el otro. Me eche un poco para adelante, sin agacharme mucho, ya que ya lo estaba, para no perderme detalle; y comencé a dar lengüetazos en el ano de Motse. Me volví como loco y continué pasando la lengua por los labios del coño, por la parte visible del pene de Julio y por los testículos de este último. Mire hacia arriba un momento y las manos de él magreaban las tetas de ella, estaban los dos fuera de si. En ese momento el le pidió a ella que se saliera, que iba a correrse, y se quitó el “condón”. Nada más sacarlo de su encierro se escapó un chorro de semen hacia adelante, que en parte fue a parar a mi cara, ya que la tenía bastante cerca de sus órganos sexuales de ambos.

No había podido completar el “bocadillo”, y nuestro amigo Julito se había quedado dormido como un bendito en el lado izquierdo de la cama. Mi chica me hizo girarme y tumbarme, y decidió dedicarse al pene que aun estaba servible, en principio. Para que ella entrase en la cama, subí mi cabeza en el cuerpo del dormido que me servia de almohada. Ella comenzó a chuparme y magrearme la “polla” con la mismas ganas con las que lo había echo antes con la otra “tranca” de la fiesta. Cuando estuvo dura se subió a cabalgar y tras unas cuantas sacudidas nos llegó a los dos, no recuerdo si a la vez, o quien fue antes. A Montse le suele costar llegar al final, pero estaba claro que estos jueguecitos con otras personas le ponen.

Nuestro amigo seguía profundamente dormido. Ella se bajo a mi derecha y comenzó a limpiarme la “tita” de leche, como una buena golosa. No sé si me hizo girarme ella o fui yo el que se giró, pero mientras me la lamía me tope con mi boca cerca de la “verga” de Julio, y percibí el olor de mi cariño en su piel. Sin darme cuenta se la estaba chupando al inconsciente. No me avergüenzo, me gustó, y ya lo había hecho otras veces con otros chicos.

Creo recordar que en alguna ocasión se despertó, y se volvió a dormir, o se hizo el dormido. Me supo muy rica, pero no conseguía ponérsela dura, y cuando la mía ya si se puso deje la mamada. Di la vuelta a mi “cielo” y pase a introducírsela lentamente por el culo, después de lubricarlo con un poco de saliva. Ella boca abajo y al lado de nuestro cómplice, gemía como una loca, pero no conseguimos despertarle. Yo me corrí, creo que ella no. Nos quedamos dormidos los dos junto a nuestro amigo, la mujer en el centro.